La WNBA está viviendo un momento agridulce. Por un lado, una nueva generación de jugadoras como Angel Reese, Cameron Brink y Paige Bueckers está impulsando su popularidad, rompiendo récords de asistencia y expandiéndose a nuevas ciudades. El logro de superar los 3 millones de espectadores en la temporada regular, superando el récord de 2.36 millones establecido en 2002, es una prueba innegable de este crecimiento.
Sin embargo, este auge se ve empañado por un preocupante aumento en las lesiones de jugadoras clave. La última víctima es la superestrella Caitlin Clark, quien anunció que se perderá el resto de la temporada debido a una lesión en la ingle. Esto eleva el número total de jugadoras lesionadas en su equipo, las Indiana Fever, a cinco. En toda la liga, 16 jugadoras están fuera por el resto de la temporada 2025 (hasta el 10 de septiembre).
¿Qué está causando este aumento de lesiones en la WNBA?
Jordan Robinson, periodista deportiva y presentadora de The Women’s Hoops Show podcast, señala las deficiencias de la WNBA como las principales culpables: plantillas de equipos cortas, calendarios de juegos consecutivos y salarios bajos que obligan a las atletas a jugar durante todo el año, en lugar de priorizar el descanso y la recuperación.
La popularidad de la liga ha traído consigo beneficios, como partidos en estadios más grandes y la expansión a nuevas ciudades. Pero ese aumento de audiencia depende de que grandes estrellas como Clark ofrezcan un espectáculo, algo que no pueden hacer desde el banquillo. La ausencia de Clark en partidos anteriores provocó una caída en los ratings de televisión y el interés en las apuestas de la WNBA.
Impacto en Indiana Fever y el futuro de la WNBA
Las Indiana Fever, impulsadas en gran medida por el fenómeno Caitlin Clark, lideraron la liga en asistencia total, atrayendo a casi 700,000 fanáticos combinando partidos en casa y fuera. Sin embargo, la lesión de Clark y su ausencia en la mayoría de los partidos ha afectado el rendimiento del equipo y la moral de los aficionados.
El futuro de la WNBA dependerá de abordar estas preocupaciones. Invertir en plantillas más amplias, optimizar los calendarios para permitir un mayor descanso y mejorar los salarios son pasos cruciales para proteger a las jugadoras y garantizar la sostenibilidad del crecimiento de la liga. Si la WNBA no prioriza la salud y el bienestar de sus atletas, corre el riesgo de perder a sus estrellas y, en última instancia, su creciente popularidad.