Charles Leclerc sorprendió a todos en el Gran Premio de Hungría, logrando una pole position que parecía imposible. "Hoy no entiendo nada de F1", declaró Leclerc, reflejando la incredulidad general ante su inesperado desempeño. El piloto de Ferrari había tenido dificultades en cada sesión de clasificación, incluso para entrar en la Q3. Sin embargo, en el momento decisivo, logró la mejor pole position de su carrera.
¿Qué factores influyeron en este resultado sorprendente?
Según Andrea Stella, director del equipo McLaren, en la Fórmula 1 nada es casualidad. El inesperado resultado de la Q3 se debió principalmente a dos factores ambientales: la dirección del viento y la temperatura del asfalto.
El viento cambió de dirección
Durante el último intento de vuelta rápida, el viento cambió su orientación en 180 grados, afectando de manera desigual a los monoplazas. El McLaren MCL39 fue particularmente perjudicado, alterando el rendimiento de Lando Norris y Oscar Piastri. Ambos pilotos habían logrado registros en su primer intento que les habrían asegurado la primera fila, pero la cautela se impuso en el segundo intento.
La temperatura del asfalto cayó drásticamente
Una caída de más de diez grados en la temperatura del asfalto modificó el comportamiento de los neumáticos, afectando su adherencia y respuesta mecánica. En este contexto, la estrategia de Leclerc fue crucial. Saliendo desde la sexta posición, optó por salir de boxes lo antes posible, una decisión que él mismo solicitó a sus ingenieros: “Déjenme salir lo antes posible”. Esta audaz maniobra le permitió aprovechar al máximo las condiciones cambiantes y asegurar la pole.
La estrategia audaz de Leclerc
La decisión de Leclerc de salir temprano a pista, buscando una vuelta limpia y aprovechando al máximo el agarre inicial de los neumáticos, demostró ser la clave del éxito. Mientras que otros equipos optaron por una estrategia más conservadora, Leclerc apostó por la agresividad y la confianza en su monoplaza, una apuesta que finalmente dio sus frutos.
Este resultado demuestra que en la Fórmula 1, la estrategia y la adaptación a las condiciones cambiantes pueden marcar la diferencia entre la victoria y la derrota. Leclerc y Ferrari demostraron estar a la altura del desafío, sorprendiendo a todos y consolidando su posición como contendientes al campeonato.