Tras 41 años de misterio y dolor, el caso de Diego Fernández Lima, el joven desaparecido en 1984 en el barrio porteño de Coghlan, da un nuevo giro. Norberto Cristian Graf, compañero de escuela de la víctima y principal sospechoso, declarará hoy ante la Justicia. El hallazgo de los restos óseos de Fernández Lima en mayo de este año, enterrados en el jardín del chalet donde Graf siempre vivió, reabrió una herida profunda en la familia y en la sociedad.
Irma Lima, la madre de Diego, de 87 años, rompió el silencio y clamó por justicia en una entrevista radial. "Yo lo que le pido al juez es justicia, justicia que haya, por favor. Me mató a mi hijo. Tenía 16 años recién. Por favor, eso es lo que pido", expresó conmovida la mujer, quien durante más de cuatro décadas vivió con la esperanza del regreso de su hijo.
La declaración de Graf es un momento crucial en la investigación. Está imputado por el delito de encubrimiento agravado, aunque la causa esté prescripta. El fiscal Martín López Perrando ha insistido en dar una respuesta a la familia, tras décadas de incertidumbre. La defensa de Graf, por su parte, asegura que su defendido se presentará y responderá "libremente" a todas las preguntas del fiscal y del juez Alejandro Adrián Litvack.
En la previa a la audiencia, los abogados de Graf intentaron impedir una medida cautelar solicitada por la familia de Fernández Lima, que busca preservar la casa donde se encontraron los restos para evitar la alteración de pruebas. Según los letrados, la familia de la víctima actúa con "fines económicos".
El dolor de una madre que clama justicia
La angustia de Irma Lima es palpable. "No puede ser una persona que ya esté suelta, que no esté detenida. ¿Y nosotros qué somos? Nos matan los hijos, ¿nos tenemos que quedar como estamos? Así estoy yo, con pena, llorando, recordando lo bueno que era, era estudioso, deportista", relató la madre de Diego.
¿Qué esperar de la declaración de Graf?
La declaración de Graf podría arrojar luz sobre los hechos que rodearon la desaparición y muerte de Diego Fernández Lima. Si bien la causa está prescripta, la búsqueda de la verdad y la justicia para la familia de la víctima siguen siendo prioritarias. La sociedad argentina espera respuestas tras 41 años de silencio y dolor.