De Miñaur: ¿La oportunidad dorada en el US Open para el tenista?

Álex de Miñaur, un pilar en el tenis masculino durante años, aún no ha logrado un gran avance a nivel de Grand Slam. A sus 26 años, con cuartos de final en los cuatro majors y una final de Masters 1000 en su haber, la presión por convertir oportunidades en éxitos tangibles es palpable. Su ética de trabajo implacable lo convierte en un rival temible para cualquiera.

Un camino despejado en el US Open

El US Open de este año le presenta una oportunidad de oro. Tras superar con facilidad a Christopher O’Connell y Shintaro Mochizuki, y con Daniel Altmaier como próximo rival, se anticipa un cómodo avance a la cuarta ronda. Sin embargo, las derrotas de Karen Khachanov y Francisco Cerúndolo han abierto aún más el panorama para el australiano.

De superar a Altmaier, De Miñaur se enfrentaría a Leandro Riedi o Kamil Majchrzak por un lugar en los cuartos de final. Esto significa que no tendrá que enfrentarse a un jugador dentro del top 50 antes de los cuartos de final, lo que le brinda una oportunidad dorada no solo para romper su maleficio en Grand Slam, sino también para impulsar sus posibilidades de participar en el evento de fin de año en Turín.

La velocidad como arma clave

Actualmente clasificado como el número 8 del mundo y octavo sembrado en el US Open, De Miñaur ha estado en el circuito durante una década. Recientemente, su perfil público ha aumentado, llegando a los cuartos de final en el Abierto de Francia, Wimbledon y el US Open del año pasado, así como en el Abierto de Australia de este año. También obtuvo dos trofeos más pequeños la temporada pasada y otro hace apenas unas semanas en Washington, DC, donde salvó tres puntos de partido contra el español Alejandro Davidovich Fokina para asegurar su décimo título de su carrera.

La victoria en Washington se sintió fundamental, no solo porque lo llevó a cifras dobles en términos de trofeos, sino también por la evidencia de que De Miñaur estaba aprovechando una nueva marcha psicológica. "Lo más importante para mí en esos momentos difíciles, como en esa final, fue que estaba bien si el resultado no salía como quería. Estaba en una especie de zona de tranquilidad". Él atribuye el cambio a una mentalidad reducida: menos obsesión con el ranking, más énfasis en el momento. "Ver la pelota, golpear la pelota", como él dice.

Un enfoque renovado

Este enfoque renovado, combinado con su talento innegable y su camino relativamente despejado en el US Open, podría ser la clave para que Álex de Miñaur finalmente dé el salto y alcance nuevas alturas en su carrera. Estaremos atentos a su desempeño en el torneo.

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